Cómo recibir una enseñanza
Decimos que es casi imposible nacer en este planeta. Es casi más imposible nacer en un cuerpo humano. Es incluso más imposible nacer en un país libre donde puedas practicar lo que te guste. Es incluso más imposible oír enseñanzas de Darma. Es incluso más imposible que encuentres un maestro. ¡Y es incluso más imposible aún que tengas interés! Por lo tanto, somos increíblemente afortunados de recibir enseñanzas. Tenemos que reconocer nuestra preciosa oportunidad y tenemos que actuar. De alguna manera, aquí estamos. Si no es ahora, ¿cuándo practicaremos?
La responsabilidad del Maestro
Un maestro tiene que tener muchas cualidades, pero la más importante es amar al estudiante. El trabajo del maestro es dar. Dar y amar es lo mismo. El maestro debe realmente intentar ayudar honestamente al estudiante. Hacer esto significa elegir el estudiante correcto, el momento correcto, el lugar correcto, el entorno correcto y el significado correcto. El maestro tiene que comprender los tiempos modernos y enseñar de forma que el estudiante pueda verse reflejado. El maestro tiene que poder ser capaz de interpretar al estudiante y considerar sus creencias y psicología.
Por supuesto, el maestro tiene que tener un cierto nivel de aprendizaje y una comprensión superior, y sobre todo, un alto nivel de práctica y experiencia. Pero, más que nada, el maestro tiene que amar.
Existen diferentes tipos de maestros: el Maestro Raíz, el Maestro Kunkyab, y el Maestro Interno.
El Maestro Raíz es un maestro con quien tienes una conexión de corazón. Quizá sentiste algo inmediatamente cuando conociste a este maestro. Quizá sus palabras te llegaron muy dentro. Esto es importante, porque este maestro te abre. Este tipo de maestro te introduce a ti mismo, te hace verte. Te muestra tu sabiduría.
El Maestro Kunkyab significa que todo es tu maestro. Todo en este universo puede enseñarte. Un enemigo es tu maestro, un amigo es tu maestro, los problemas son tu maestro y el cambio es tu maestro. El agua puede enseñarte y el espacio puede enseñarte, y tú puedes enseñarte a ti mismo.
El Maestro Interno significa que te has encontrado a ti mismo. Te guías a ti mismo y reconoces que lo eres todo. Eres tu propio maestro, porque reconoces tu sabiduría interior y puedes usar tus ojos de sabiduría.
El Maestro Raíz es el que nos introduce a nuestro Maestro Interno. Así que es muy importante que encontremos un maestro que nos guíe. Un maestro nos motiva, rebaja nuestra pereza y nos da la oportunidad de practicar la devoción.
Y recordad: puedes leer un libro, pero un libro no puede leerte a ti.
La responsabilidad del estudiante
El maestro ayuda y el estudiante practica. La responsabilidad del estudiante es cambiar. Es 50-50. El cambio nunca sucede en el exterior. El cambio sucede en el interior. Nadie puede cambiarte, solo tu puedes cambiarte. Para hacer esto, el estudiante tiene que tener fe en el maestro —no una fe ciega, sino una fe inteligente.
Hoy en día es más fácil encontrar un buen maestro que un buen estudiante, porque el estudiante tiene que tener esa fe para tomar la enseñanza. Además de eso, tenemos mucha pereza. Esa es la gran enfermedad del siglo XXI. ¡Somos tan perezosos! Un buen estudiante tiene que tener disciplina y practicar verdaderamente lo que se le da. Tener fe en un maestro y devoción por él ayuda realmente a superar la pereza. Entonces el estudiante puede realmente cambiar.
Hay varios tipos de estudiantes que puede que no reciban una enseñanza adecuadamente. El primero es como un vaso boca abajo. Ese estudiante nunca oye lo que se dice; no se recibe nada. El segundo tipo de estudiante es como un vaso con un agujero en el fondo. Ese estudiante lo olvida todo. El tercer tipo de estudiante es como un vaso lleno de suciedad. Ese estudiante lo oye todo a su propia manera. Ese estudiante malinterpreta completamente y crea una historia en su cabeza. Este primer tipo de estudiante no tiene motivación. El segundo tiene una motivación débil, y el tercero tiene una motivación incorrecta.
La motivación es la clave de todo. La motivación es el único oído, de lo contrario no oímos.
Por lo tanto, tanto el maestro como el estudiante tienen un papel que desempeñar. Cuando cada uno asume su responsabilidad, la enseñanza llega muy dentro y es como magia. Cuando abrimos nuestros ojos de sabiduría, es completamente magia.