
Eventos Destacados
"La sabiduría del budismo es la vacuidad;
el método del budismo es la compasión"
Tulku Lobsang Rimpoché

Tulku Lobsang Rimpoché
Tulku Lobsang Rimpoché es un gran maestro budista. Nacido en Amdo, al noreste del Tíbet, Tulku-la fue reconocido como la octava reencarnación de Lama Nyentse a la edad de 13 años. Rimpoché basa sus enseñanzas en el antiguo conocimiento Tantrayana, que es la base tanto del budismo tibetano como de la medicina tibetana. Tulku-la viaja por Europa, América y Asia compartiendo su profundo conocimiento de esta preciosa sabiduría.
Las enseñanzas de Tulku Lobsang Rimpoché se caracterizan por su naturaleza bondadosa, divertida y afectuosa. Rimpoché tiende puentes y une mundos, traduciendo la antigua sabiduría de su venerable linaje de transmisión en consejos prácticos realmente valiosos para el día de hoy. El mayor deseo de Tulku-la es reducir el sufrimiento en el mundo compartiendo este profundo tesoro de sabiduría. El trasfondo tradicional de Rimpoché unido a su estilo carismático y directo hacen de él un maravilloso y sabio maestro.
Videos
Tulku Lobsang Rimpoché y el Tummo en National Geographic
Rimpoché participó en el programa de televisión de National Geographic "La historia de Dios con Morgan Freeman". En el episodio "¿Está Dios Dentro de Nosotros?", Tulku Lobsang presentó Tummo -una antigua práctica del budismo Tantrayana- y habló sobre su poder para conectarnos con lo divino dentro de nosotros mismos, con la naturaleza de Buda innata en todos nosotros.
Como experto en Tummo, habiéndolo practicado durante más de 25 años y enseñado a innumerables estudiantes, Rimpoché también comparte este preciado conocimiento en su curso “Strengthen Your Self-Healing Powers with the TUMMO – Inner Fire Practice” (por el momento disponible en inglés y alemán).
Aquí puedes ver el trailer de National Geographic (solo disponible en inglés):
„Nada es difícil hasta que crees que es difícil.
Nada es fácil hasta que crees que es fácil.“
Tibetan Knowledge
- Detalles
- Escrito por Jose Torices
- Categoría: Tibetan Knowledge
- Visto: 73283
Tulku Lobsang comenzó su educación monástica oficial a la temprana edad de seis años. Empezó al entrar en el monasterio Nangzi Bön. Allí recibió muchas enseñanzas básicas e iniciaciones en esta tradición espiritual del Tíbet.
Para muchas personas, el Tíbet es la tierra del budismo. Pero, de hecho, muchos tibetanos y lamas también practican el Bön, bien de forma independiente o junto con el budismo. Por fuera son budistas, pero por debajo puede haber un núcleo de Bön.
El Bön arraigó mucho antes de la llegada del budismo. Cuando se introdujo el budismo en el Tíbet, alrededor del siglo VII, el Bön fue al principio perseguido y difamado mientras la nueva religión se establecía. No obstante, los bonpos (como se denomina a los practicantes) permanecieron firmes. Con el tiempo, el Bön no solo siguió sobreviviendo, sino que prosperó, mientras las prácticas se adaptaban para incluir aquellos principios del budismo que contribuían a su visión del mundo e impulsaban sus objetivos en el camino. Por ejemplo, la forma superior de Bön, el Dzogchen, se parece mucho al Dzogchen de la Nyingma, que es la más antigua de las cuatro escuelas principales de budismo. Ambas son doctrinas espirituales muy elevadas.
El Bön es una religión antigua, pero que aún está muy viva y en buena forma actualmente.
Los bonpos pretenden armonizar el microcosmos con el macrocosmos. Cuanto más se alinean el individuo, la familia y la sociedad con los ciclos y fuerzas de la naturaleza, menos sufrimiento y más éxito hay en la vida. Los bonpos creen que hay divinidad en todo lo que hay en la naturaleza — en los elementos, así como en cada uno de nosotros. Por lo tanto, es importante desarrollar relaciones positivas entre el individuo y los diferentes aspectos de la naturaleza. De esta forma, los espíritus y las fuerzas de la naturaleza pueden ayudarnos eliminando obstáculos y apoyándonos en nuestro camino de tomar conciencia de uno mismo.
El Bön también nos enseña sobre nuestras energías sanadoras innatas y sobre cómo podemos vitalizarnos y equilibrarnos. Hay muchas técnicas de meditación y movimiento que hacen que nuestra conciencia y sensibilidad sobre los aspectos sutiles de nuestro ser sean más profundas. Aprendemos a conectar con los cinco elementos, que son las cualidades energéticas fundamentales de nuestra naturaleza interior y exterior.
El Dzogchen, una de las enseñanzas más elevadas, forma también parte de la tradición Bön. El objetivo del Dzogchen, o la Gran Perfección, es entrar en el estado natural de la mente, que es luz pura y sabiduría. No hay nada que intentar, nada que aceptar o rechazar, y nada que transformar. Es un estado perfecto en sí mismo, y nos es accesible porque es nuestra naturaleza.
Tulku Lobsang entrelaza la sabiduría de todos los linajes del budismo tibetano y del Bön. Todos ellos nos enseñan sobre la verdadera naturaleza de nuestra existencia. La esencia de las enseñanzas sigue siendo la misma — en el corazón de nuestra naturaleza hay una luz clara y pura y sabiduría, y hay muchos métodos que nos capacitan para realizar esto completamente.
- Detalles
- Escrito por Jose Torices
- Categoría: Tibetan Knowledge
- Visto: 88497
Los tres vehículos del budismo
El Tantrayana es uno de los tres caminos principales (yana) del budismo. En el camino tantrayana utilizamos el cuerpo para trabajar con la mente.
¿Cuáles son los tres caminos? Un camino es la renuncia, que es el budismo teravada. El budismo teravada se enfoca en la enseñanzas de las Cuatro Nobles Verdades y el Óctuple Sendero, así como en instrucciones sobre meditación. Se le conoce por sus votos y el cultivo de la disciplina. Este camino enseña cómo no hacer daño a los demás.
Otro camino es el reconocimiento o la realización, que es el budismo mahayana. Al Mahayana se le conoce por su mayor comprensión de la vacuidad y la compasión. Este camino enseña cómo ayudar a los demás, por lo que entonces dejas automáticamente de hacerles daño.
El tercer camino es la transformación, que es el Tantrayana. Este camino nos enseña cómo ser felices, por lo que entonces automáticamente ayudamos a los demás. El tantrayana también se denomina Vajrayana, el vehículo diamantino. La razón es que mediante sus prácticas transformamos nuestro cuerpo, palabra y mente para que parezcan un diamante — fuerte, claro e indestructible.
No renunciar — transformar
En este camino no renunciamos a nada, porque todo lo que nos rodea y todo lo que hay en nuestro interior se puede usar como herramienta de transformación. Por ejemplo, los practicantes tantrayana no rechazan los problemas. En su lugar, consideramos los problemas como nuestros mejores maestros. La vida está llena de problemas, ¡nunca podemos escapar de los problemas! ¿Por qué intentar alejarlos? Deberíamos darle las gracias a nuestros problemas y a las personas que nos causan problemas, ya que esta es la mejor manera de aprender sobre nosotros mismos.
Es la mejor oportunidad para desarrollarse. Lo mismo pasa con nuestras emociones negativas. En lugar de rechazar nuestras emociones negativas o de renunciar a ellas, podemos utilizarlas. Podemos usar un enfado más grande para salir del enfado. De esta forma transformamos las emociones negativas en sabiduría.
El Tantrayana nos enseña que tenemos que expandir nuestro deseo. El deseo es una potente herramienta en el camino al Despertar. No renunciamos al deseo. Tenemos que expandirlo para incluir todas las cosas, incluyendo los problemas, las emociones negativas y las personas difíciles. Esta es la forma de volverse más sano y feliz, de reducir el estrés y la lucha, y con el tiempo salir del deseo.
Interconexión de cuerpo y mente
El Tantrayana tiene una profunda comprensión de las diferentes dimensiones del cuerpo y de la mente. Debido a su interconexión, podemos usar el cuerpo como un vehículo para trabajar con la mente y desarrollarnos en el camino espiritual. Por ejemplo, cuando hay bloqueos en los canales corporales sutiles, esto causa que nuestra mente también se atasque y se ponga tensa. Entonces nuestra mente no fluye y nuestra ignorancia oculta nuestra verdadera naturaleza. Por lo tanto, al hacer prácticas que liberan los bloqueos de los canales corporales sutiles y armonizan el flujo de los vientos y esencias vitales dentro de los canales, nuestra mente también se volverá más pura y más equilibrada. Seremos más capaces de acceder a nuestra sabiduría innata y nos aproximaremos más a nuestra verdadera naturaleza, que es claridad, apertura y luz. Así pues, el Tantrayana incluye técnicas muy especiales que nos capacitan para experimentar nuestra naturaleza búdica de una forma muy directa.
Tres cosas que necesitamos
El Tantrayana es sin duda un camino muy directo. Hay que ser valiente para permanecer en este camino. La fe nos hace valientes. Necesitamos tres cosas cuando practicamos el tantrayana: fe en la enseñanza, fe en el maestro y fe en nosotros mismos. Si no tenemos fe en la enseñanza y en que esta funciona, entonces no tendremos motivación para continuar si nuestra práctica se vuelve un reto. Tenemos que tener fe en que si hacemos la práctica correctamente, conseguiremos los resultados.
Luego tenemos que tener fe en el maestro. Cuando practiques el tantrayana, es muy importante que tengas un maestro, un guru. ¿Por qué necesitas un maestro? El maestro es una representación del Buda. Nuestras mentes están tan engañadas que no tenemos oportunidad de recibir las enseñanzas directas del Buda. Estamos en una dimensión diferente. El maestro nos permite recibir todas las bendiciones del pasado. Practicar con un maestro significa que no solo recibes enseñanzas, sino que conectas. Esto significa que también practicas la devoción. La devoción es la forma de reducir tu ego-orgullo. Si practicas las enseñanzas con ego-orgullo, entonces las enseñanzas pueden volverse veneno. Irán completamente en la dirección equivocada. Por lo tanto, tenemos que cultivar la devoción. Esto permite que recibamos las enseñanzas de manera correcta. Por esta razón decimos que el Yoga del Guru es la columna vertebral del Tantrayana. (Ver "Yoga del Guru" para más información.)
Finalmente, tenemos que tener fe en nosotros mismos. Tenemos que saber y aceptar que somos de naturaleza búdica pura y que todos tenemos el potencial de llegar ahí. Es nuestra propia motivación, disciplina y energía lo que nos llevará ahí. Es seguro que las enseñanzas funcionan. Si tienes un buen maestro, entonces ya eres muy afortunado. Luego, de ti depende alcanzar el resultado.
Naturaleza, no cultura
En conclusión, el Tantrayana es naturaleza, no cultura. El Tantrayana está más allá de la mente conceptual, más allá del pensamiento. El Tantrayana son métodos que funcionan con la naturaleza fundamental de nuestro cuerpo y mente. Todos tenemos esta naturaleza, no importa de dónde seamos. Esta es naturaleza pura.
Tulku Lobsang enseña métodos accesibles para utilizar los principios del Tantrayana para nuestro propio desarrollo. Nos enseña cómo liberar nuestros bloqueos y abrirnos en un nivel cada vez más sutil. Al cambiar el cuerpo sutil, nos cambiamos completamente, y de esta forma lo cambiamos todo.
- Detalles
- Escrito por Harald Leithner
- Categoría: Tibetan Knowledge
- Visto: 114017
La astrología tibetana es una parte importante de la cultura tibetana. Está entretejida con la vida diaria y proporciona una guía para decisiones importantes. También es el complemento de la medicina tibetana; la astrología proporciona la sabiduría, mientras que la medicina proporciona el método. Los tibetanos han empleado la astrología durante miles de años como un instrumento para comprenderse a sí mismos — incluyendo su salud y su fortuna — así como los factores externos de su vida.
La astrología tibetana funciona basándose en el principio de la lógica interdependiente. Nada en este universo funciona de manera independiente. Existimos 100% en interdependencia. Esto significa que las cosas no son fortuitas. A partir de una cosa es posible descubrirlo todo.
En general, la base de la astrología tibetana son los cinco elementos. Todos los elementos concluyen en el tiempo y se mueven de formas predecibles. El tiempo es el sexto elemento. Así que, si conoces los fundamentos del tiempo, entonces es posible atrapar los elementos. Mediante el uso del tiempo es posible descubrir cuándo y dónde sucederá algo, en qué momento ocurrirá y qué elementos están involucrados. Dependemos completamente de los elementos. Nosotros mismos no tenemos control sobre ellos. Comoquiera que se muevan los elementos, nos movemos nosotros. Por lo tanto, si sabemos cuándo estarán los elementos de una determinada manera, también sabremos cómo estaremos nosotros en ese momento.
La astrología tibetana está muy conectada con el budismo tibetano. Tradicionalmente, casi todos los astrólogos practicantes del Tíbet eran monjes. Para una correcta comprensión se necesita una profunda comprensión de la psicología budista. La astrología tibetana es tanto un resultado del adiestramiento mental, como la meditación, el desarrollo de una excelente conciencia e intuición, como el resultado de diestros cálculos astrológicos. Es una práctica de compasión.
El cambio de los elementos según los ciclos astrológicos afecta a nuestros cuerpos y al funcionamiento de los órganos. Un buen médico tiene que comprender esto, sobre todo cuando hace diagnosis por el pulso. De lo contrario, puesto que el pulso de la persona cambia según los cambios estacionales, esto podría dar como resultado un diagnóstico incorrecto.
La astrología tibetana nos enseña que somos parte de los ciclos universales. Podemos pensar que actuamos de forma independiente, pero esto es solo ilusión e ignorancia. Dependemos completamente de estos ciclos y nos vemos afectados por ellos — mental, física y energéticamente. Es de sabios entender esto y armonizarnos con estos cambios. Esto nos ayudará a estar felices y sanos.
- Detalles
- Escrito por Harald Leithner
- Categoría: Tibetan Knowledge
- Visto: 114331
La medicina tibetana es un sistema holístico que respeta la profunda interconexión entre cuerpo, mente y medioambiente externo. Se deben abordar cada uno de estos ámbitos para llevar una vida armoniosa y sana.
La medicina tibetana fue enseñada por primera vez por el Buda histórico — el Buda Shakyamuni- hace unos 2500 años en el tercer giro de la rueda del Darma. Es uno de los sistemas médicos más antiguos del mundo y sus principios aún hoy siguen siendo tan ciertos y relevantes como siempre. De hecho, la medicina tibetana tiene mucho que ofrecernos en el mundo moderno con su comprensión de las emociones y de cómo afectan a nuestros sistemas corporales de formas muy reales.
Elementos externos, internos y secretos.
Explicaremos aquí brevemente cómo es la profunda interrelación de cuerpo, mente y medioambiente. En primer lugar, tenemos que saber un poco sobre los elementos. El punto de vista tibetano es que todos los fenómenos de la existencia se componen de los cinco elementos de espacio, viento, fuego, agua y tierra. El medioambiente externo se compone de ellos, así como nuestro cuerpo y las cualidades de nuestra mente. Los elementos son cualidades energéticas particulares que, en sus estados más densos, también asumen sus formas conocidas. El viento tiene la cualidad de movimiento. El fuego tiene la cualidad de calor y de transformación. El agua tiene la cualidad de fluidez y cohesión. La tierra tiene la cualidad de solidez y estabilidad. Y el espacio es el equilibrio de los otros cuatro elementos. Es responsable de crear separación — espacio — entre las cosas.
Los elementos externos son nuestro medioambiente externo. Este es la tierra, los ríos, los vientos, etc. con los que estamos familiarizados, así como la atmósfera. El aire que respiramos contiene los cinco elementos, y su equilibrio cambia en un ciclo de 24 horas, lo que a su vez afecta a la calidad de nuestra respiración.
Los elementos internos son la composición de nuestro cuerpo. Básicamente, el elemento tierra son nuestros músculos y huesos. El elemento agua son los líquidos de nuestro cuerpo. El elemento fuego es nuestra temperatura interior, nuestro metabolismo y el catalizador de reacciones químicas. El elemento viento es la respiración, la descarga de las neuronas y el flujo de pensamientos. Y el espacio es lo que lo mantiene todo en su propio lugar, permite la apertura entre las células, así como la oquedad de los intestinos y demás. En la medicina tibetana la composición del cuerpo se describe con más detalle como los siete constituyentes. Estos son: nutrientes, sangre, carne, grasa, hueso, médula ósea y esencia.
Los elementos secretos son las características de nuestra mente. Existen 80 emociones diferentes, pero para simplificar, podemos decir que las emociones negativas se resumen en estas cinco: ego-orgullo, apego, enfado, celos-envidia e ignorancia. Lo que causa estas emociones es un estado impuro de los cinco elementos, tierra, agua, fuego, viento y espacio respectivamente. Cuando los elementos están purificados y equilibrados, estas emociones se vuelven más puras y se manifiestan como devoción y calma, altruísmo y desinterés, paciencia y compasión, aprecio y amor, y generosidad y ecuanimidad.
Los tres humores
La medicina tibetana trata mucho más directamente con los denominados tres humores — bilis (tripa), viento (lung) y flema (beken). Estos son las sustancias vitales del cuerpo y colectivamente son responsables de todas las funciones corporales. Los tres humores entrelazan sin fisuras el nivel físico, burdo, del cuerpo con el nivel mental, sutil.
Los humores, como todas las cosas, se componen de los elementos. La bilis es el elemento fuego, el viento es el elemento viento y la flema son los elementos tierra y agua. Existen cinco tipos de cada humor, cada uno con una localización y función específica. Cuando estos humores se desequilibran en relación con los demás, tanto en defecto como en exceso, empieza a aparecer la enfermedad.
Los tres humores son lo que permite que funcione nuestro cuerpo, pero puesto que se desequilibran tan fácilmente, también portan la semilla de la enfermedad dentro de nuestro cuerpo. Por este motivo, en la medicina tibetana decimos que todos tenemos enfermedades no manifiestas en nuestro interior. Tan pronto como se dan la causa y la condición, se manifiesta la enfermedad.
Los tres humores también están conectados con los tres venenos mentales. Cuando la bilis se desequilibra produce enfado. Cuando el viento se desequilibra produce apego. Cuando la flema se desequilibra produce ignorancia, o engaños. Por este motivo, los desequilibrios de la mente y de las emociones producen directamente desequilibrios en los sistemas corporales. Las emociones negativas producen enfermedad.
Por lo tanto, sanar el cuerpo también significa sanar la mente. Si alguien siempre está enfadado, no importa lo que hagamos para tratar el hígado, si el enfado no se trata, el hígado continuará sufriendo.
Por eso en la medicina tibetana decimos que cualquier cosa beneficiosa es medicina, y cualquier cosa que produzca sufrimiento es enfermedad. La salud del cuerpo depende de la mente, así que es importante que cuidemos nuestra felicidad. Cuando somos ignorantes seguimos creando problemas para nosotros y para los demás. Perpetuamos el ciclo de sufrimiento y enfermamos. Necesitamos sabiduría. La sabiduría nos dice cómo cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente. La sabiduría última es el amor.
Por supuesto, hay mucho más en la medicina tibetana. Los textos primarios de la medicina tibetana se denominan «Los Cuatro Tantras». Estos son el Tantra Raíz, el Tantra Explicatorio, el Tantra de la Transmisión Oral y el Tantra Final. Estos tantras entran en gran detalle sobre el funcionamiento del cuerpo, el diagnóstico de la enfermedad mediante el pulso y el análisis de la orina, el tratamiento de la enfermedad mediante medicinas herbales y modalidades específicas como la moxibustión y las ventosas.
- Detalles
- Escrito por Harald Leithner
- Categoría: Tibetan Knowledge
- Visto: 168686
El budismo es un método para llegar a conocer nuestra profunda naturaleza interior, que es sabiduría. Con este tipo de sabiduría podemos conseguir una felicidad inmutable. Esto significa que podemos utilizar la sabiduría para librarnos del sufrimiento, puesto que la felicidad mutable es la raíz del sufrimiento.
En este mundo nada perdura. Todo termina, todo cambia. Desde la perspectiva de nuestra mente conceptual, todo está siempre cesando y surgiendo. Este tipo de existencia no es segura, no es absoluta. Tenemos que comprender la naturaleza de la verdad para comprender esta existencia. Por lo tanto, para el enfoque budista es fundamental comprender que hay dos niveles de verdad: la verdad convencional y la verdad absoluta.
Cuando practicamos budismo, practicamos el método y la sabiduría. El método es la compasión. Este es el camino del budismo. La compasión no es emoción, es lógica. Somos nosotros los que nos beneficiamos del cultivo de la compasión. La compasión y el amor nos abren y nos llevan a una mayor comprensión, realizaciones y sabiduría. El amor es la sabiduría universal.
Finalmente, el logro del budismo es un cuerpo perfecto y una mente perfecta — una existencia perfecta. Es la ignorancia la que nos impide tener una existencia perfecta. Ignoramos nuestra verdadera naturaleza y la verdadera naturaleza de todos los fenómenos. Ignoramos la vacuidad y nuestro infinito potencial. Ignoramos el hecho de que nada permanece igual, de que un día lo perderemos todo, hasta nuestra felicidad. Y así, nos apegamos a nuestra felicidad. Y cuando llega el día en que perdemos nuestra felicidad, nos enfadamos. ¿Por qué nos enfadamos? Por el dolor de perder. Y entonces, debido al enfado, somos ignorantes. Y el ciclo se repite. Este es el interminable ciclo de samsara — repetir, repetir, repetir. La ignorancia hace surgir el apego, el apego causa enfado, el enfado produce ignorancia. Entonces hay dolor y sufrimiento. Solo el amor y la compasión pueden proporcionarnos la sabiduría para ver, para despertar.
El amor es la llave dorada que nos libera. El amor es libertad. Con el amor, el cambio nunca es un problema. Con el amor, el cambio es solo posibilidad y potencial.
El budismo contiene 84.000 métodos diferentes. Hay un método para cada uno, no importa donde estés ahora o tu tipo de psicología. Estos métodos se clasifican en tres cestas: disciplina, atención plena y vigilancia. La disciplina significa votos. Significa renunciar a lo que no nos ayuda. Atención plena significa meditación. Significa desarrollar concentración, conciencia y calma. La vigilancia significa sabiduría. Significa dejarlo todo como está sin juzgar, solo quietud y percepción directa pura. Todos los métodos nos llevan a una mayor comprensión de nuestra propia naturaleza.
Se puede practicar el budismo en cualquier momento, porque hay muchas formas de practicar. Se puede practicar mediante la meditación, como con el Tummo o la meditación de atención plena. Si no te gusta meditar, entonces practica con el gozo o la práctica de la unión con yab yum. Si te gusta el movimiento, practica con Tsa Lung. Si te gusta dormir, entonces practica con el yoga del dormir y el yoga del sueño. Y si no te gusta practicar, entonces puedes usar el momento de la muerte.
Es como si estamos enfermos y el budismo nos pone sanos. El Buda, el maestro, es el médico que nos guía. El Darma, las enseñanzas budistas, es la medicina que nos cura. Y la Sanga, la comunidad de compañer@s practicantes, es la enfermera que nos ayuda. Pero nosotros somos el paciente y tenemos que asumir la responsabilidad de nuestro propio bienestar. Puede que se nos diga lo que hacer, pero tenemos que hacerlo. Es asunto nuestro si usamos la medicina o no.
Estar uno mismo sano y feliz es la mejor forma de ayudar a los demás. Que todos los seres sean felices.